posmodernos y jodidos

Dejar la orilla

Fotografía: Alberto Alcocer | @beco.mx

Era febrero del año 2012 cuando entregué mi primer texto para este portal invitada por Alejandro Páez Varela a quien no me canso de agradecer por esta experiencia.

Recuerdo que temblaba al enviar el correo: ¿y si es una mierda? ¿y si nadie lo lee? Yo que ni becas literarias ni reconocimientos oficiales, una advenediza sobreviviente del pandemónium de los empleos de oficina.

El año 2012 fue un hito en mi historia personal en muchos sentidos. Quizá el más importante fue que empecé a publicar esta columna sabatina. Mi “Posmodernos y jodidos” me ha dado tanto, que no sabría ni por dónde empezar con el recuento de gratitudes.

Lo primero a ustedes, que están del otro lado de la pantalla. Después de más de trescientos textos publicados no deja de asombrarme que tantas palabras, tantas dudas, tantos gozos, miedos y emociones colectivas se hayan alojado y derivado de este espacio.

Quienes tienen tiempo leyéndome saben que soy una miedosa de cepa, que la inseguridad es uno de mis demonios personales, que todo me aterra, que llego con el corazón como caballo desbocado a donde vaya. Siempre, por una gracia de la que no creo ser merecedora, logro que las bestias se amansen,  guarden silencio y se sienten a la hora de escribir. ¿Cómo podría agradecer lo que este espacio me ha dado cuando incontables batallas infernales contra mi trastorno de ansiedad encontraron aquí su mejor ansiolítico?

Son siete años que cuentan un trayecto personal de movimiento constante, de transformación, de muertes y enfermedades, de maravillosos sucesos, de algunas pérdidas, de infinitas ganancias.

Siete años que cuentan la historia de un país que, bueno, ya se sabe: México es tierra prometida y páramo de muerte, todo a la vez.

Supe desde el principio que no quería limitarme a escribir sobre política, que yo quería contar el mundo. Me dije también que tenía permiso para todo, para escribir sobre cualquier tema, usando el lenguaje a placer.

Y así ha sido. Jamás en SinEmbargo censuraron un coma de mis textos y aquí encontré entre los lectores a los mejores cómplices: los que aman la libertad del lenguaje tanto como yo.

Recibí miles de comentarios (no exagero), fui testigo y parte de la belleza de pensar junto a muchos de ustedes, fui también objeto de duras agresiones y descalificaciones. Lo pago doble, porque escribir es mi pasión y escribir es exponerse. No me quejo, no me arrepiento, no me agüito.

No me disculpo por todo lo que señalé y critiqué porque no quiero disculparme por pensar como pienso ni por escribir como escribo pues eso que pienso y escribo define mi identidad. Pero sí puntualizo: mi estilo ácido, mordaz y crítico es contra un tiempo, contra un colectivo, contra los vicios de una época; no es en contra de ninguno de ustedes en particular y si alguna vez mis ironías y críticas apuntan hacia alguien con nombre y apellido, sólo es contra Alma Delia Murillo, que soy yo y no me queda de otra que convivir conmigo aunque a menudo no me guste. 
En este espacio me reí, en principio y por principio, de mí misma. 
Critiqué, sobre todo, mis propias taras y manías. Y eso, estoy convencida, es un derecho sagrado.

Aquí nació mi primera novela y la segunda, cambié de casa, de teléfono, de corte de pelo, de editorial… jamás de rumbo. Aquí reforcé semana tras semana mi deseo de escribir.

Así que fui dejando el empleo de oficina, el salario, el programa de televisión, y todo cuanto desorientara la vela de mi barco.

Y por esa razón creo que llegó el momento de abrir un ciclo nuevo.

Parafraseando a André Gide: no se puede ver el océano si no se tiene el coraje de dejar la orilla.

Necesito un espacio donde pueda compartir, además de la columna semanal, otros contenidos: reseñas literarias, podcasts, videos; invitar a otros autores y tantas cosas en torno a mi pasión que son los libros.

Así que estoy tomando la decisión kamikaze —bien agarrada a mi miedo, claro— de dejar este reconocido medio SinEmbargo y también el pago que aquí recibía para abrir mi propio portal.

Muero del susto, ¿y si nadie lo visita? ¿y si nunca reúno el tráfico suficiente de lectores para generar ingresos?

Pero han pasado siete años y hay que dejar la orilla.

Así que los espero a partir del próximo sábado 8 de junio en almadelia.mx pues es ahí donde podrán seguir leyendo esta columna.

Gracias siempre a Alejandro Páez, a Jorge Zepeda y al equipo editorial por ser los mejores y más respetuosos aliados.

Gracias a ustedes por leer, nos vemos el siguiente fin de semana en almadelia.mx y no me suelten la mano que apenas puedo respirar. La vista es abismal, pero preciosa.

@AlmaDeliaMC


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Alma Delia Murillo

Es escritora, autora de los libros Cuentos de maldad (y uno que otro maldito) y El niño que fuimos bajo el sello de Alfaguara; Las noches habitadas (Editorial Planeta) y Damas de caza (Plaza y Valdés). Colabora en El Reforma, The Washington Post, El Malpensante, Confabulario de El Universal, Revista GQ y otros medios. Desarrolla guiones para cine y teleseries. Autora de las audioseries y podcasts en Amazon Audible: Diario la libro, Ciudad de abajo, Conversaciones, El amor es un bono navideño.

14 Comments

  1. Samuel Lechuga

    Aca instalado en la nueva plataforma. Esta muy bien hecha
    Estoy seguro que al rato viene el resto de «la flota»
    Un abrazo

  2. Karen Díaz

    Tengo poco tiempo de conocer tu escritura, me enamoré de ella, de alguna manera me has inspirado a trabajar en lo que me gusta y me hace sentir mejor. Te deseo lo mejor para está nueva etapa.

  3. Ramón Benítez

    Enhorabuena, y con profunda admiración por dar el salto al vacío, con miedo, porque no hay otra forma de enfocarse, de desearlo y de lograrlo.

    El espacio es atractivo, bonito y fiel a tu personalidad. Te deseo el mayor de los éxitos, y aquí nos veremos, con mucho gusto y con mucho agradecimiento por compartir-te.

  4. ¡Yo ya ando por aquí ! Saludos Alma.

  5. Alma querida, te leo desde tus inicios y hoy en día te siento tan íntima, tan conocida. Hay tanto de ti en tus textos que han sido una suerte de piezas de rompecabezas y creo he logrado completar una de tus formas; la de excelente escritora -gran ser humano-.

    Cuando empecé a leer el texto de hoy en Sin embargo, sentí mi corazón como una parvada de colibríes, una punzada de miedo; el abandono. Para cuando lo terminé me regresó el alma al cuerpo. Y claro que te sigo a tu nuevo destino, porque además me volví adicta a tu ironía.

    Te seguiré leyendo, porque comparto mucho de lo que dices y porque me ayudas con tus letras a exorcizar algunos demonios que compartimos.

    Gracias por darnos la oportunidad de conocerte y verte evolucionar.

    Presiento que éste sitio será un éxito, tienes toda mi admiración, siempre serás mi equilibrista de palabras.
    ¡Abrazo fuerte!

  6. Gavo Azcorra

    Alma Delia: Estoy 100 % seguro que tienes una enorme tribu de lectores entre los que por supuesto me incluyo. Te deseo todo el éxito en esta nueva etapa. Y se que el grupo de seguidores seguira creciendo dia a día, por que tu los atraes con lecturas amenas Y maravillosas. Me encanto tu cierre de columna, es justo lo que sentí al saltar del avión a 17 mil pies en paracaídas.

  7. Saludos!!!

  8. Alejandra Noguez

    Me identifico enormemente con esa percepción tuya respecto al miedo, la inseguridad, la angustia, la ansiedad, que vences con curiosidad, valentía y genialidad para enfrentar la vida… Te deseo mucho éxito en esto que estás emprendiendo, seguramente en breve tendrás buenos frutos…

  9. Qué lindo venir a nadar acá!

  10. Tzitlalin Gaytan

    Pues ahora por aquí nos vemos entonces, disfruto muchísimo leerte, invitas a la reflexión, a la autocrítica, a la aceptación, a la risa también. Saludos.

  11. Javier Ruiz Juárez

    Ya pue hallar este espacio… Abrazo reciote.

  12. Juan Carlos

    Como decían en el rancho: ¡ora por acá! Te deseo todo el éxito en esta aventura. No hay nada más cruel para el mostro de los miedos que enfrentarlo llenos de él y en eso te has especializado. lejos llegarás, verás. A seguirle dando y acá notarás la valía de lo que haces pues el que aquí llegue será ejerciendo su libertad. Un abrazote desde la capital del neoconservadurismo.

  13. ADM: Te conocí por ahí de 2008, me hiciste una entrevista y ME DISTE TRABAJO. Entonces, eras Gerente en el Centro de Atención a Clientes de una importante marca mexicana de TV de paga. Tenemos un amigo (bueno, mío lo es) en común, se llama Oscar, su apellido empieza con G… Por él supe del valiente volantazo que diste en tu rumbo profesional y por él, me acerqué a tus textos en sinembargo. Aunque no he leído tus novelas (más por falta de tiempo que de ganas), pues soy una lectora activa pero no he podido pasar de 25 libros al año (nunca puedo leer todo lo que quisiera), seguro te leeré pronto porque me gustan muchísimo tu estilo y tu inteligencia. Me identifico con tu manera de exponer las cosas, y me haces recordar que personas como nostras somos incómodas, pero necesarias para recordar que hay llagas que hay que tocar para no olvidar que nos falta tanto… Recibe un abrazo con toda mi admiración, seguimos en contacto a través de tus letras.

  14. Aida Vivero

    Alma, te admiro mucho. Respeto tu identidad y te sigo con gusto. Me caes muy bien.

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