posmodernos y jodidos

Habitados

Fotografía: Alberto Alcocer | @beco.mx

Hay seres humanos que nacen con vocación de talismán.

Su fuerza creativa, su talento demoníaco, su capacidad de emocionar a multitudes. Su belleza sobrehumana.

Tienen eso: el duende, el toque, el no sé qué que los demás no tenemos y entonces los convertimos en símbolos, en objetos energéticos, les exigimos que sean lo que nosotros no podemos ser.

Leonardo Da Vinci, Dostoyevski, Conan Doyle, Nina Simone, Janis Joplin, Bob Dylan o Elvis Presley. Sophia Loren, Catherine Deneuve, Amy Winehuose. La lista es larga.

Ya se sabe que los seres humanos somos una activa máquina de destruirlo todo, no es nueva nuestra voracidad animal por el entretenimiento; tampoco es nueva la narcisista idea de que todo lo que nos rodea está ahí para complacernos. Recientemente vi el documental “The Searcher” sobre la vida de Elvis Presley dirigido por Thom Zimny, es desolador saber que entre una turba desenfrenada y un manager ambicioso mutilaron las búsquedas artísticas más profundas de Elvis. Es que lo importante era complacer, cantar las piezas conocidas, petrificar un personaje. El ser humano bien podía irse a la mierda. El artista también.

Días después vi “Rolling Thunder Revue” de Martin Scorsese sobre aquellos años de la gira inaudita de Bob Dylan. En algún momento Dylan, siempre esquivo con la cámara, mirando hacia abajo, dice una verdad brutal y decantada: no podemos complacer a la gente, es problema de ellos complacer sus expectativas.

Y con esa lucidez renunció a estancarse en un estilo, en una canción o una guitarra acústica, en la fórmula de comida rápida que la multitud le pedía.

Hace pocos días me descubrí haciendo gala de mi propia estupidez opinando que la voz de Frida Kahlo (recientemente hecha pública por un archivo de la Fonoteca Nacional) no me gusta. ¿Y por qué carajos creo yo que la voz de Frida está esperando mi opinión? ¿por qué creemos que todo lo que existe está ahí para recibir nuestro “like”, para complacernos, para que le demos nuestro sesudo juicio?

Conan Doyle tuvo que revivir al personaje Sherlok Holmes luego de matarlo en una aventura pues estaba cansado de no explorar creativamente otra narrativa, otra literatura. Su editor y el público dictatorial presionaron hasta que volvió sobre sus pasos y se dedicó a escribir nuevamente sobre el tan aclamado detective.

¿Será que todos somos Annie Wilkes, el detestable personaje de Misery que magistralmente construyó Stephen King?

Hace unas horas leí un tweet del actor mexicano José María Yazpik donde confiesa, en un tono de humor y resignación, lo poco que le entusiasma salir a promover un proyecto nuevo. Las respuestas son brutales: “no seas diva, para eso te alquilas, cambia de trabajo, chíngale…”

¿Somos tan limitados para comprender que el intercambio entre los creadores y nosotros es la obra y nada más?

La novela, el poema, la canción, la actuación sublime en la película… eso es lo que quienes crean nos dan y eso es lo que hace la relación grande, gozosa y abre las posibilidades para experimentar el arte en el intercambio.

No tenemos razón para exigir que además nos den la vida, que pongan buena cara, que sean políticamente correctos, ecologistas, veganos, delgadísimos, eternamente jóvenes y con buen humor permanente.

Si Renee Zellweger se cambia la cara, Nicole Kidman se pone bótox, Uma Thurman se resana la nariz; o si nuestro escritor favorito cambia radicalmente de tema ¿qué explicación nos deben? Absolutamente ninguna.

Y es que a veces nuestra estupidez escupe en ráfaga, cada tanto vendría bien cerrar la boca. Lo digo al menos por mí. Es mi limitación si no veo el universo en mi taza de café porque sólo soy capaz de ver una taza de café.

¿Qué nos hace pensar que el despotismo es cool o que tenemos derecho a tragarnos la humanidad de quienes se han vuelto personas públicas por ejercer una actividad artística?

Pareciera que ellos poseen algo que los demás no llevamos dentro. Quizá es que ellos están habitados de su humanidad y la defienden.

Y tal vez, sólo tal vez, nosotros estamos deshabitados de la nuestra.

@AlmaDeliaMC

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Alma Delia Murillo

Es escritora, autora de los libros Cuentos de maldad (y uno que otro maldito) y El niño que fuimos bajo el sello de Alfaguara; Las noches habitadas (Editorial Planeta) y Damas de caza (Plaza y Valdés). Colabora en El Reforma, The Washington Post, El Malpensante, Confabulario de El Universal, Revista GQ y otros medios. Desarrolla guiones para cine y teleseries. Autora de las audioseries y podcasts en Amazon Audible: Diario la libro, Ciudad de abajo, Conversaciones, El amor es un bono navideño.

51 Comments

  1. Higinio Leonel Hinojosa Valdez

    Excelente reflexión. Un punto de vista muy diferente 👍👍👍

  2. Como cada vez que alguien me escribe en Twitter, cuando me atrevo a romper los paradigmas del comportamiento y lo que se espera de mí, y doy una opinión política o cívica y alguien que parece una persona perfectamente normal, ni siquiera un troll o un bot, no, un Jorge, o una Alicia, que trabaja honradamente de 8 a 6 pm, y me dice: «Ahórrate tus opiniones, que yo te sigo por tus historias y porque escribes muy chingón. Dedícate a lo tuyo.»

    Y yo, al principio, los dejaba pasar. Tomaba el terreno alto. Hacia uso de mi, supesta y para nada asumida, «superioridad intelectual» y los dejaba ir incólumes.

    Ahora no, ahora replico: «Si no te parece, te puedes ir directo a la chingada. Que estoy aquí para opinar de lo que me dé la gana, no de lo que tú quieras que yo hable.» Y los silencio.

    Hay que sacudirnos el que «nos debemos a nuestro público». Ni madres. Nos debemos a nuestra obra, nuestra creación y a nuestra persona. Nada más.

    Abrazo madrugador, Alma.

  3. Minerva Siete

    A Dickens le pasó lo.mismo que a Doyle. Escribió el final de una historia muy exitosa con la muerte de la protagonista y la masa lo detestó. Que buena columna la de hoy. Me impactó tanto que la voy a imprimir. Me quedo zumbando!.

  4. Excelente, no podría estar más de acuerdo. Y lo peor es que todos consciente o inconscientemente caemos en eso. Pero esto me da mucho para la reflexión lo cual te agradezco enormemente. Gran texto.

  5. Adrián Franco

    Una vez alguien me dijo: sabes, no hay parejas felices, sino personas felices que hacen pareja.
    Como en tu texto, algo así sucede en la relación del público y «su» artista; mientras uno espera llenar algo de su vacío con el producto creativo del otro, éste quisiera colmar algo del suyo con el aplauso y mirada de «su» público.

    Así, vamos por la vida -como los amorosos de Sabines- buscando fuera lo que cada uno ya llevamos dentro; qué sencillo decirlo -y escribirlo- y qué difícil aceptarlo y vivirlo.

    Alma, mil felicidades por este nuevo proyecto, que tenga luenga vida y buen camino.

  6. Abel Castillo

    Como músico no famoso que soy, entiendo perfectamente lo que es crear, y crear para ti, es una bendición. La verdad es que de tantas cosas que se hacen para hacer feliz a las masas, es una tentación enorme poder llegar a ser del gusto de ellas, sin embargo es una jaula de oro de la que después no se puede escapar. Actualmente todo es tan fugaz, planeado y producido que el arte se vuelve desechable, y pierde todo sentido, encasillando al artista y no permitiéndole ser él o ella. Es el precio alto que se paga.

    Justo en la semana vi una entrevista a Jeniffer Aniston donde decía que ella no había entendido lo que su productor le mencionó hace décadas en un viaje a Las Vegas el cual sería el último donde podría pasear y disfrutar como cualquier otro humano “anónimo” antes de ser famosa con “Friends”. Decía: esa fue la última vez que pude disfrutar de caminar entre la gente.

    Es decir, a veces los talismanes que mencionas, buscan la fama y la fortuna sin saber el costo que a la larga tendrá.

    Abrazo Alma, te dije que te seguiría. Y que bueno que podemos escribir mucho aquí!!

  7. Gabriel Ricco Valera

    Querida Alma, recién es la primera vez que leo tu escrito y me gusta lo que leo. Te diría que estás «enferma» de un algo que los muchos, los más, que no son así, no toleran. Estás «enferma» de asertividad y eso asusta por muchas razones, no a mí, pero a los anónimos y a los cara a cara con menores formaciones personales pues sí. Al leerte me he recordado de aquel lema publicitario de la Volkswagen: no cambies, evoluciona. Y bueno, uno evoluciona para cambiar pero lo esencial permanece y eso es la asertividad, una permanencia que evoluciona.

  8. «Imago animi sermo est», reza el dicho…. Me gusta como escribes…

  9. Alejandro Schwartz

    Me encanta la lucidez y pertinencia de lo que escribes. Se te admira…

  10. Muy buena reflexión. En efecto no tenemos razón para exigir a los artistas que vivan su vida real como nosotros nos imaginamos o quisiéramos que debiera ser. Nosotros tenemos derecho a sentirnos desilusionados, desmotivados, enojados por alguna acción que nos parezca éticamente reprochable, pero eso no debería de afectar nuestra afición a su trabajo artístico (no sé si es pregunta o afirmación 🤔). Pienso, por ejemplo, en Woody Allen y su matrimonio con la hija de su mujer…supongo que la decisión de seguir admirándolos es absolutamente personal, pero quizás vale la pena diseccionarlo. Felicidades por el blog

  11. Margarita Montes

    El texto que nos regalas hoy me deja cavilando acerca del tema: Coincido con tu postura hacía los artistas y famosos en general. Por eso me conmovió profundamente que hace dos semanas, crucé la calle justo detrás de Paco Ignacio Taibo II, como cualquier hijo de vecino, y a continuación, cada cual siguió su rumbo.

  12. Celia Estela Mojica Cervantes

    Dicen que siglos atrás los artistas podían comer gracias a un mecenas, ahora un golpe de suerte en internet o un número de 6 dígitos de seguidores, puede garantizar un buen plato, piso y viajes.
    El golpe de suerte tiene un costo, creo, y es la exposición. Luego la vanidad y la envidia. Finalmente el antropofagismo, que dificilmente dejará viva la obra del artista.
    A pesar de mi sombrío pronóstico creo en la supremacía de la obra de arte, ésa que tiene su propia voz y cala en los huesos, en las entrañas, la que inquieta y supera toda popularidad con su unicidad.

  13. Mi vida es vender soluciones de TI. Llevar dinero a la empresa donde trabajo. Es muy difícil estar expuesto a la opinión de los demás todo el día. (Recibo tantos NO, que ya ni los tomo en cuenta. Pero tanta tranquiza, tiene su recompensa: Independencia Económica. (Está hablando mi parte capitalista que se alimenta de tu prosa para ser feliz).

  14. Yazmin Vega

    Que fuerte… en personajes públicos es súper notorio lo que señalas, que tanto es el precio de “la fama” lo que queremos cobrarles con ese tipo de comentarios, de no solo atreverse a ser, si no atreverse a ser y vivir de ello.
    Sin embargo, y esta, es totalmente, una reflexión mia. Que tanto exigimos de los que nos rodean? Ves a una persona libre, viajando, estudiando o haciendo lo que simplemente le da la gana y entonces se les habla de sentar cabeza… a una mujer con hijos, que disfruta de un trabajo fuera de casa y le exiges ser buena ama de casa… que tanto ves a una abuela que no es el modelo de la que hornea galletas y prefiere salir de paseo y le exiges ser “amorosa” con los nietos… que grande la envidia y que grande nuestro miedo a ser…

  15. Norma Barrón

    Que buen artículo Alma Delia. Algún día es posible que una mayoría entienda que cada uno y una es responsable de lo suyo, y los que es†dan a su alrededor son espejos, literalmente son espejos.
    Un abrazo para ti.

  16. Pepe Montoya

    Yo he pensado mucho en este tema. Que es para MI particular punto de vista el arte o un artista. Y siempre termino en conflicto conmigo mismo. Porque el concepto de arte para mi es diferente al concepto de alguien mas, incluso para el creador del mismo (el artista).
    Por lo que desde el punto de vista del artista también lo ve de manera diferente.
    Tal vez el real éxito de un artista es el conectar sus ideas con el mayor numero de personas que compartan su perspectiva de ver la vida o arte. Para algunos es muy redituable desde el punto de vista económico, para otros ese «mayor numero» sea solo un punado y sin embargo es suficiente para recibir el aliciente de seguir creando.

  17. Patricia Becerra

    Inspiradora como siempre!! Gracias por compartir y contagiarme tu fuerza.

  18. Ah! Que cargas imponemos! Suerte que hay quienes deciden no tolerarlo!

  19. Beatriz Armenta

    Gracias por compartir… me encantó tu columna, hace poco que te sigo en twitter y me agrada como escribes. 🖒👏 yo opino igual… creo que mis limitaciones también son de los demás… pero voy aprendiendo también a callar y a no prejuzgar.. trato de acompañar a mis compañeros en este viaje que llamamos vida.

  20. juan encinas

    Mi alma
    T abraza
    a qui y
    ay ! ya
    y curiosa mente
    a nadie le gusta su propia voz
    y nadie la cambia
    halos de más nos disgusta
    y la conservamos

  21. Fernando Mendoza Cuenca

    Considero como una curiosidad habitual,de los que leemos a ustedes los escritores de que nos queramos involucrar o mejor dicho interactuar con quien nos deleita con sus columnas como es tu caso querida Alma

    • Alma Delia Murillo

      Entiendo y comparto la necesidad de interacción, pero siendo honestos, el intercambio que realmente importa es el texto, el libro, la obra, la película, el cuadro… etc. Bien podríamos permanecer en el anonimato porque importa la obra, no el creador.
      Gracias por leer.

  22. Atl Cruz Ajorio

    Alma inquisitiva Delia:
    Borges, en el prólogo de su libro «inquisiciones” explica que eligió el título del mismo por aliviar algunas vez a la tal palabra de sambenitos y humaredas; yo añadiría: y de toda esa mala fama que le dejó la Santa.
    Las varias preguntas e intereses que Jorge Luis nos ofrece en esas y sus otras inquisiciones han sido alimento de mi espíritu el ciertas ocasiones.
    Así los textos, que de vez en cuando la vida me obsequia a través del Alma que se pregunta Delia, me enriquecen de una manera tan delicada… como éste, en el que se preocupa por esos seres habitados por la gracia, cuyo signo es, preguntarse; o cómo diría Cortázar, perseguir a través de campos y de su propio sepulcro aquello que no ha de alcanzarse.
    Gracias Alma Delia por preguntarte sobre la humanidad, y por cuestionarnos sobre nuestra tendencia a fuente ovejuna y esa certeza que tenemos de obligo del universo.
    Finalmente, otra pregunta en el espíritu de Mafalda ¿no estaremos confundiendo la humanidad con humanaje?

  23. Exactamente de acuerdo, es mejor aprender no solo a oír, sino escuchar que esto nos hace más sensibles, escuchar a los pájaros por la mañana, escuchar las gotas de lluvia en la ventana, que los humanos nos estamos perdiendo

  24. Aida Vivero

    Cartera reflexión, Escritora.

  25. Gabriel Flores

    Como siempre, Alma Delia simplemente genial.

  26. Gracias, Higinio. Saludos

  27. Justo. Y si el mundo estuviera poblado de (más) personas que se habitan y se apropian de sí mismas, antes de habitar el espacio de la interacción humana, la convivencia entre seres habitados sería la gloria. Porque lo que hay detrás de todas las anomalías que refieres en tu escrito, no es otra cosa que la ausencia total de autoconocimiento (nadie que pretenda que otros atiendan sus expectativas, se conoce) y de respeto (nadie que se conozca, anularía la libertad del otro para ser… lo que le dé la gana). Gracias por tus letras Alma, es un respiro encontrar eco en tus enfados y reflexionar.
    ¿Te acuerdas de la Revista del Chavo que se editó en los 80s o 90s? (nunca la compré, pero) Recuerdo el slogan: “Una revista para carcajearse el martes y sonreír toda la quincena”… El símil con tu columna y todo lo que en ella nos compartes es que SON PALABRAS NUEVAS PARA DELEITARSE EL SÁBADO y REFLEXIONAR SIN LÍMITE DE TIEMPO. Gracias por eso.

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